Entretelones del caso del joven que tuiteó acerca de un posible saqueo en plena cuarentena y terminó acusado penalmente, avivaron la polémica sobre las tareas de inteligencia y la invasión a la privacidad. Cómo lo encontraron y por qué se realizan ciberpatrullajes.

El balcarceño Kevin Guerra no entendió lo que ocurría. Pensó que era una broma absurda, como la que -dijo luego- él mismo había hecho en su cuenta de Twitter a las 23.16 del 7 de abril. “Che, qué onda los que no cobramos el bono de 10 mil pesos, sigue en pie lo del saqueo, no?”, decía su mensaje en esa red social. El mensaje fue replicado o respondido por sus seguidores, y eso alertó a las autoridades federales que por estas horas realizan tareas de ciberpatrullaje para detectar irregularidades, específicamente en el marco de las medidas tomadas durante el aislamiento social preventivo ante la pandemia del coronavirus.

Ante esta situación, desde Gendarmería Nacional cursaron un informe sobre Guerra a la Fiscalía Descentralizada del Departamento Judicial Mar del Plata, a cargo de Rodolfo Moure, quien ordenó investigar lo ocurrido. Al constatar que el mensaje de Guerra, un joven sobre el que pesa un antecedente por robo, podía constituirse en un hecho delictivo ordenó que se lo notificara de la formación de una causa penal en su fuero.

Para Moure, el informe de la Subdirección de Delitos Tecnológicos de la Gendarmería era preciso y el paso siguiente fue instruir al personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) que se presentara en la casa del sospechoso y le informara sobre su imputación por el delito por “intimidación pública”.

Fue una broma”, fue lo primero que atinó a decir Guerra, incrédulo, ante la presencia de los uniformados en la puerta de su vivienda de Balcarce. “Es una tomada de pelo”, agregaría luego.

EL PROVINCIAL DE RADIO PLO es una realización de PROA AL FUTURO RADIO, Marcelo Muchi y Ricardo Ferradas.

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