En APOSTILLAS DE LA HISTORIA la museóloga Margarita Casas se refirió a los varios presidentes argentinos que habitaron las tierras lomenses, aunque no todos los hicieron durante sus presidencias. Ellos fueron Nicolás Avellaneda, Carlos Pellegrini, Manuel Quintana, Victorino De la Plaza, el general Rondeau, cuando era Director Supremo, y el mismo Eduardo Duhalde, que vivía en Lomas pero al asumir como presidente fijó su domicilio en la Quinta Presidencial de Olivos.
Margarita Casas manifestó que “el que sí vivió en Lomas de Zamora, en la ciudad de Temperley, fue Nicolás Avellaneda, quien le había comprado a Jorge Temperley lotes de la chacra que originalmente habían sido de él”.
La museóloga agregó que “en 1877 Avellaneda eligió este lugar por estaba próximo a la ciudad de Buenos Aires, aunque en el inicio de su gestión vivió frente a la Plaza de Mayo, que era la Residencia Presidencial de entonces. Lo vivido años atrás en lo que fue la epidemia de fiebre amarilla lo obligó a alejarse de Buenos Aires y la búsqueda de aires frescos y además porque tenía 5 hijos fueron las causas por la que decidió comprar la quinta en Temperley que estaba ubicada en avenida Meeks entre General Paz, Liniers y General Guido, seis manzanas en su totalidad”.
Al referirse al estilo de construcción Casas agregó “arquitectónicamente tenia las características de una villa italiana, rodeado de árboles frutales y ornamentales, así como también viñeros. La casa tenía dos patios pero de tres lados, es decir en forma de U. La sala y el comedor daban al norte, el otro patio era el de servicio con la cocina y la despensa que daban al oeste. La tercera parte que formaban esa U era donde estaban los dormitorios y dependencias. Tenía 15 habitaciones para uso principal y ocho para servicios, además tenía cocheras y caballerizas, porque Avellaneda poseía dos stud, rodeado por extensas galerías con columnas de hierro de neto estilo inglés. Hay que recordar que en Temperley había un hipódromo con lo que cual mucha gente de la zona tenia caballos para correr”.
Respecto a las características de los muebles de la vivienda, Margarita Casas explicó que “el mobiliario era bastante informal y aunque había muebles de estilo inglés, de caoba y los mármoles como tapan los muebles, sillas de esterilla y hamacas de paja según las descripciones que realizaron los autores De Paula y Gualco en el libro “Temperley su historia y su gente”.
“El dormitorio completo de Nicolás Avellaneda está en una de las salas del Museo de Luján con un toilette que consta de dos profundos cajones donde se colocaba el inodoro y el bidet. El baño era de madera”.
En otro momento del espacio APOSTILLAS DE LA HISTORIA por EL PROVINCIAL RADIO Margarita Casas agregó que “en 1871 con la epidemia de fiebre amarrilla cambiaron ciertas formas de conductas sanitarias y a partir de ese momento comenzaron a instalare baños en las casas utilizando en muchos casos una de las habitaciones. Nicolás Avellaneda no había puesto sanitarios importados ni de lujo ni pisos de mármol, lo hizo de madera”.
La quinta en Temperley fue adquirida en 1877 y en 1885 fallece muy joven a los 49 años. Su familia siguió viviendo en esa quinta 35 años más hasta que fue vendida en 1920. Luego se amanzanó y se dividió en 75 lotes y se abrieron las calles Avellaneda y Nobrega, que lleva justamente el nombre de su esposa.
De la construcción que fue demolida solo quedan el aljibe frente a la Parroquia de La Piedad, sobre la calle Espora, el palomar en la misma propiedad, y el bebedero de caballos.
APOSTILLAS DE LA HISTORIA CON MARGARITA CASAS POR EL PROVINCIAL RADIO.
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