Entrevista a cargo de Marcelo Rodríguez / Fotos: Palito Haliasz.
El
artista argentino Diego Blanco presentó en Buenos Aires una muestra fotográfica
–estrenada en la propia San Petersburgo– donde retrata de un modo muy
particular a la fabulosa ciudad de los zares y las princesas rusas, declarada
Patrimonio de la Humanidad.
Finalizando la tarde se realizó en
la Casa de Rusia en Buenos Aires la
vernissage de presentación del Proyecto
Fotográfico Internacional “San Petersburgo: la mirada de un extranjero”,
del artista argentino Diego Blanco.
Esta misma muestra, que viene de
haber sido presentada en la ciudad rusa –donde Blanco ya había presentado su muestra anterior, “Mujeres Flotantes”– y ahora se encuentra en exposición en Buenos Aires
hasta el 26 de diciembre, tuvo su origen en una convocatoria internacional
realizada institucionalmente desde la propia San Petersburgo, donde se buscaba que artistas de todo el mundo la
retratasen de manera original y con ojos de visitante.
San
Petersburgo, casi al borde del Círculo Polar
Ártico, es la ciudad más importante de Rusia después de Moscú; fue la residencia de verano de los zares y es famosa por sus
increíbles palacios de cúpulas doradas, su fabulosa arquitectura y monumentos
(declarados Patrimonio de la Humanidad), su vida cultural y sus canales,
grandes protagonistas de estas imágenes también únicas, ya que retratan la
ciudad a través de su reflejo en el agua, con un efecto impactante. Blanco, artista plástico, fotógrafo y
músico nacido en la localidad bonaerense de El Palomar y actualmente residente
en Mallorca(España), contó a EL PROVINCIAL con Marcelo Muchi por Radio
PLO Prensa Libre Online cómo surgió este proyecto de alcance internacional
al que fue convocado y cómo fue el desarrollo del proceso que concluyó en estas
particulares imágenes, que a partir del
2 de enero podrán verse en Mar del Plata, que es “Ciudad Hermana” de San
Petersburgo.
Los asistentes a la concurrida
vernissage de presentación disfrutaron del concierto
en vivo de La Rueda de la Luna Cuarteto de Cuerdas, con sus impecables
versiones de obras del músico ruso Dimitri Shostakovich y el brasileño Heitor
Villa-Lobos.