Por Roberto Carlos Bucarey, dirigente político y sindicalista integrante de la CTA (Central de Trabajadores de la Argentina) 

La situación en YCRT es verdaderamente preocupante, con 5 meses de gestión del interventor Pablo Sebastián Gordillo Arriagada y sin ninguna venta de carbón generó una gran acumulación de 50.000 toneladas de carbón en los distintos entes de la empresa, y es inaceptable que no se hayan concretado ventas de este mineral. El gobernador Claudio Vidal había anunciado con bombos y platillos la compra del carbón en su viaje a China, pero jamás logró esa venta. Ahora, el Banco de la Ciudad de Buenos Aires está realizando una segunda subasta del mineral, después de que la primera fue un fracaso total.

Lo que es aún es más irritante es que el interventor Gordillo había designado a un gerente comercial para la venta de carbón, pero este no ha vendido nada y solo ha sido premiado con un aumento en su categoría y sueldo. Esto es un claro ejemplo de la inoperancia del interventor y la falta de compromiso con la empresa y los trabajadores.

Es importante recordar que los trabajadores de YCRT no son los culpables de la situación actual, ya que han producido más toneladas de carbón de lo debido. La responsabilidad recae en el interventor Gordillo y el gobernador Claudio Vidal, que no han sido capaces de concretar ventas del mineral. La situación es tan grave que los mineros de la cuenca están esperando con ansias la venta del carbón para poder invertir en insumos básicos que hoy no poseen.

En este sentido, es fundamental que el interventor Gordillo renuncie a su cargo, ya que ha demostrado ser incapaz de gestionar la empresa de manera efectiva. La situación en YCRT requiere una solución urgente, y es hora de que se tomen medidas para salvar a la empresa y garantizar el futuro de los trabajadores y las comunidades que dependen de ella.

La situación es aún más grave de lo que se pensaba: Gordillo tuvo la oportunidad de vender el mineral acumulado a un precio de 120 dólares por tonelada en su primer mes de gestión, pero no logró llegar a un acuerdo con las empresas extranjeras. Esto es un ejemplo claro de su falta de compromiso y habilidad para negociar.

Ahora, el Banco Ciudad está vendiendo el mismo mineral en subasta a un precio de 55 dólares por tonelada, lo que es un 54% menos que el precio que se ofreció en su momento. Esto es una pérdida significativa para YCRT y para los trabajadores que dependen de la empresa.

Es inaceptable que Gordillo no haya sido capaz de concretar la venta en su momento, y ahora se esté vendiendo el mineral a un precio tan bajo. Esto demuestra su falta de capacidad para tomar decisiones informadas y su falta de compromiso con la empresa y los trabajadores.

La pregunta es, ¿qué pasó con el precio del mineral en estos meses? ¿Por qué se redujo tan significativamente? ¿Fue debido a la falta de gestión de Gordillo o a otros factores? En cualquier caso, es claro que Gordillo no ha sido capaz de gestionar la empresa de manera efectiva y que su falta de compromiso ha tenido consecuencias graves para YCRT y sus trabajadores.

La situación es verdaderamente irónica. El interventor Gordillo, que ha sido incapaz de gestionar la empresa YCRT de manera efectiva, se encuentra en su domicilio en Caleta Olivia, esperando los resultados de la subasta del mineral que se está vendiendo a un precio tan bajo. Esto es un ejemplo claro de la falta de compromiso y responsabilidad que ha demostrado durante su gestión.

Es inaceptable que el interventor de una empresa que está pasando por una crisis tan grave como la de YCRT se encuentre en su domicilio, esperando los resultados de una subasta que puede determinar el futuro de la empresa y de los trabajadores que dependen de ella. ¿Dónde está la urgencia? ¿Dónde está la preocupación por el bienestar de la empresa y de los trabajadores?

La magnitud del problema es enorme, y la falta de acción y liderazgo de Gordillo es aún más grande. La subasta del mineral a un precio tan bajo es solo el último ejemplo de la falta de gestión y visión que ha demostrado durante su gestión. Es hora de que se tomen medidas para salvar la empresa y garantizar el futuro de los trabajadores y las comunidades que dependen de ella.

La pregunta es, ¿qué pasará después de la subasta? ¿Qué planes tiene Gordillo para salvar la empresa y garantizar el futuro de los trabajadores? ¿O simplemente se quedará en su domicilio, esperando a que alguien más resuelva el problema? La situación es demasiado grave como para que se permita que continúe de esta manera. Es hora de que se tomen medidas para cambiar el rumbo de la empresa y garantizar el futuro de los trabajadores y las comunidades que dependen de ella.

El gobernador parece haberse olvidado de un detalle importante en su declaración sobre la transparencia de la venta por subasta. Dos empresas extranjeras ya habían mostrado interés en comprar el carbón de YCRT, pero no se llegó a un acuerdo en su momento. Ahora, el carbón se está vendiendo en subasta a un precio mucho más bajo, lo que plantea dudas sobre la efectividad de la estrategia del gobernador.

Está intervención termina siendo peor que la de Aníbal Fernández.

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