En AQUÍ DIVERSIDAD por EL PROVINCIAL con Gladys Golfarini dialogamos con Sandra Prieto, farmacéutica formulista de Quilmes y vicepresidenta la Cámara de Farmacias de Sur del Gran Buenos Aires (CAFASUR).
Nuestra invitada comenzó diciendo que la labor que realizan los profesionales que se dedican a esa especialidad dentro de la actividad farmacéutica y recordó la mayor visibilidad que tuvo durante la pandemia por COVID, cuando “ante la falta de algunos medicamentos, se abocaron a producir ibuprofeno inhalatorio e ivermectina, dos medicamentos que fueron empleados con éxito para evitar cuadros severos de la enfermedad permanentemente. También y durante los brotes de dengue y cuando no aparecían los repelentes comerciales, las farmacias magistrales estuvieron a la altura de las circunstancias proveyendo sus fórmulas y en las magistrales no faltó el producto, estuvieron preparadas” dijo la farmacéutica.
“La industria farmacéutica y las fórmulas magistrales no se pisan una con la otra. La industria tiene su ámbito total, pero a veces deja de lado algunos productos, que por cuestiones económicamente no son rentables y ahí las farmacias magistrales están preparadas para cubrir esos faltantes. Por ejemplo, un antidepresivo que ya no es tan rentable porque aparecieron un montón de opciones carísimas en el mercado la industria convencional no lo ofrece, entonces el farmacéutico formulista levanta esa receta, la prepara y la expende y nadie se superpone. Si los formulistas fuéramos contra la industria ya no existiríamos”, aseguró Prieto.

Prieto agregó: “La formulación magistral en general incluye medicamentos personalizados, con fórmulas ajustadas por un médico a las patologías que necesita. Las farmacias tienen las materias primas; los envases y la aparatología para conformar la realización de fórmulas especiales para cada paciente. Es una demanda social permanente. El formulista cumple una función social en un ámbito que nadie lo está ocupando”.
“Todos los que egresamos de la universidad salimos con los conceptos necesarios para desarrollar la actividad farmacéutica, sea magistral o no. En la provincia hay una reglamentación que determina que toda farmacia debe estar habilitada con un laboratorio magistral, después con el tiempo si no hay un farmacéutico magistral, el desarrollo del laboratorio se hace nulo. Pero es una actividad que hay que perfeccionarse. O sea, la Formulación Magistral es una rama de la farmacia que está dentro de la carrera y puede o no desarrollarse como una especialidad en la práctica. Todo farmacéutico está habilitado para formular. Algunos lo hacen y otros no”, añadió Prieto.
¿Qué diferencia hay entre el fármaco industrial y el magistral? fue consultada Prieto:
“La industria realiza producción por lotes, pero la magistral hace, por ejemplo, para hipertensión infantil, dosis especiales personalizadas según las indicaciones médicas. Se hace con una dosis especial y para un niño. no se puede usar la industrializada porque está hecha para otra cosa. Una es universal y la otra especial para un paciente”.
“Las incumbencias del farmacéutico formulistas son muy amplias, por ejemplo, en la parte suplementación, ya se considera parte de alimentación y no de medicación, que se pueden llamar nutracéuticos porque son compuestos que completan la nutrición para que la persona esté correctamente en buen estado de salud. Entonces desde la nutrición, medicamentos, cosmética, es muy amplia la cantidad de ofertas desde la farmacia y se puede garantizar una calidad excelente y es lo importante, que la farmacia formulista complete sus obligaciones con relación a la preparación a lo que llaman buenas prácticas para garantizar la calidad de esa medicación que llega al paciente. Podemos trabajar sobre enfermedad, sobre prevención, en vida saludable y el farmacéutico es el primer eslabón al que recurre el paciente, en especial quienes estamos en farmacias periféricas, barriales”, explicó la farmacéutica.
No obstante, aclaró Prieto que “No todas las fórmulas magistrales abarcan a todas las patologías, porque la industria farmacéutica ha alcanzado una tecnología especial para determinadas situaciones, por ejemplo, con medicamentos de liberación prolongada que necesitan de determinadas tecnologías que en las farmacias magistrales no tenemos. Tampoco en todas las farmacias magistrales se preparan inyectables porque necesitan áreas esterilizadas. No hay muchas farmacias magistrales, porque se necesita equipamiento y perfeccionamiento constantes. El farmacéutico magistral no puede dejar ni de estudiar, ni de capacitarse, ni de estar atento a las cosas nuevas que van saliendo, es una especialidad que se desarrolla permanentemente y no es tan común. Las grandes cadenas no desarrollan lo magistral, es una actividad que esta más vinculada al farmacéutico que está a al frente de su negocio y con otro criterio. Abarcamos una función social y sanitaria, ante la desesperación de la gente, no sólo por falta de productos, sino cuando los costos son elevados, las magistrales salimos a solucionar este problema, tanto para adultos como para niños”.
“Hay países como Brasil donde lo magistral esta super desarrollado, con especialización, donde directamente no se trabaja con otros productos. Es volver a la fuente, como en la época del boticario, pero por supuesto capacitándose y creciendo cada vez más en conocimientos, aparecen drogas nuevas, situaciones nuevas. Y para asegurar la calidad del producto hay que estar con lo último de aparatología y conocimientos. Es algo especial con una función muy interesante y necesaria para la población”, finalizó Prieto.
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