EDITORIAL: MARCELO MUCHI – FOTOS: PALITO HALIASZ

En la misa que se celebró en la Catedral Metropolitana encabezada por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, para despedir al Papa Francisco participaron Victoria Villarruel, Axel Kicillof y Jorge Macri, entre otros dirigentes. ¿La muerte del Papa Francisco servirá de algo para los argentinos?

Lo que parece algo lógico muchas veces nosotros lo tomamos como algo excepcional. Me refiero al desarrollo de una actividad donde se despide a un papa cercano, distinto, pero por sobre todas las cosas argentino, algo que seguramente en el corto o mediano plano no volverá a suceder. Hablamos de algo que es lógico, pero cuando sucede nos parece que se trata de un hecho excepcional.

Axel Kicillof, Victoria Villarruel y Jorge Macri en primera fila

Sin ir más lejos a miles de kilómetros de distancia de Buenos Aires, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder ucraniano, Volodimir Zelensky, mantuvieron una reunión antes de asistir al funeral del papa Francisco, y por allí acercaron posiciones, o no, pero al menos, se produjo un diálogo. Mientras tanto, en nuestra querida argentina nuestros políticos se pelean por dos caramelos. Que es tuyo, que, si es mío, que no te lo doy, que vos me lo sacaste…, algo así como una pelea de dos niños, algo así como una cuestión sin sentido.

Por qué nos llama la atención que tres políticos, de tres partidos políticos distintos, dos podrían ser más cercanos ideológicamente, pero el tercero en las antípodas, se den la mano e intercambian algunas palabras en un acto donde se está homenajeando a una persona que desde la espiritualidad trató de unir pensamientos no solo en nuestro país, sino, fundamentalmente en el mundo.

Victoria Villarruel; Bartolomé Abdala, presidente provisional del Senado de la Nación Argentina; Senador Alfredo Luis De Angeli; Axel Kicillof.

¿Qué nos falta? ¿Qué nos pasa? Acaso porque tres políticos puedan intercambiar algunas palabras los habilite inmediatamente formar una alianza política, o se trata simplemente de una conversación civilizada en un ámbito muy particular y en circunstancias que habilita que así sea.

Lo cierto es que no deja de sorprenderme que lo lógico sea algo anormal. Será que estamos en un clima que en general y más allá de la política, por ejemplo, también pasa en los medios de comunicación, el que más grita, el que más arma un escándalo pareciera que tiene la razón o el poder. Creo que ese no es el camino, sino todo lo contrario.

El saludo entre Axel Kicillof y Jorge Macri
Axel Kicillof; Victoria Villarruel y Bartolomé Abdala, presidente provisional del Senado de la Nación Argentina

¿La muerte del Papa Francisco servirá de algo para los argentinos? Servirá para unirnos. Al menos, un poco… Me refiero con esta inquietud a saber si la muerte de un hombre que pareciera no pertenecía a una religión específica, sino que su amplitud de pensamientos lo llevó a reunirse y hasta coincidir, incluso antes de ser el Sumo Pontífice, con hombres y mujeres de distintos credos. Que bueno sería que lo que hizo Francisco pudiéramos imitarlo por estas tierras.

Mañana vuelve todo a la normalidad: los precios, el dólar, las internas, los anuncios del gobierno, la campaña electoral, los debates en el Congreso, los dichos del presidente…, mientras tanto esta semana de duelo, y este fin de semana de dolor por la inhumación de Jorge Mario Bergoglio me deja la sensación que vamos a empezar a conocer a una persona a partir del día que se murió.

Victoria Villarruel; Bartolomé Abdala, presidente provisional del Senado de la Nación Argentina; Senador Alfredo Luis De Angeli.

Basta de grieta, basta de discusiones inútiles, basta de chicanas, basta de operaciones, basta de boludeces. Argentina necesita ponerse de pie y no olvidar que, a uno de los nuestros, aunque reitero pareciera que no lo conocimos lo suficiente, lo despidieron en su funeral casi medio millón de personas de todo el mundo.

(García Cuerva: «Hagamos el mejor regalo al Papa, el abrazo y la fraternidad entre los argentinos». El arzobispo de Buenos Aires, visiblemente conmovido, dejó un mensaje en el que, sin nombres, pidió a todos que la figura del papa Francisco sirva para lograr la paz entre los los argentinos, dejando de lado los insultos y los enfrentamientos).

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