Se trata de Luis Jones, el empresario propietario de la pesquera Vepez. Denuncia “apriete” y amenazas del sindicalista Alejandro Blat, del gremio de los estibadores: “No me voy a dejar extorsionar”.
Por Hugo Ferrer con información de La Opinión Austral para EL PROVINCIAL
Luis Jones iba por la ruta, casi llegando a Caleta Olivia cuando recibió un llamado que alteró la tranquilidad de su descanso el sábado 16.
En diálogo exclusivo con La Opinión Austral, relató lo sucedido, entre la bronca, la impotencia y el desafío de mantener las fuentes de trabajo. Fue categórico: “No me voy a dejar extorsionar. Yo no le saco el culo de la jeringa. Conmigo tienen un lío”, dijo con énfasis.
Alrededor de las 13 horas apareció un grupo de personas en cuatro o cinco vehículos en la puerta de su empresa, Vepez, en Puerto Deseado. Bloquearon el ingreso donde estaba entrando el langostino fresco que traían para procesar. Los empleados hicieron entrar el camión igual, los denunciados quisieron ingresar al establecimiento y el personal de la empresa los hizo retirar. En ese momento, se produjo la amenaza: “No vamos a permitir más el ingreso de camiones”.
Un ejecutivo de la empresa fue a hacer la denuncia a la policía y cuando los oficiales volvieron para identificarlos, ya se habían retirado. Para Vepez, “quiere decir que van a volver nuevamente a tratar de impedir el ingreso de los camiones con materia prima”.
Según el empresario, el grupo que llegó a la planta estuvo encabezado por Alejandro Blat, líder del sindicato de los estibadores. Trató de impedir el ingreso de un camión al frigorífico. “Muchas personas esperaban para empezar su tarea diaria, algunos inclusive por primera vez. Es más, desde hace varios días venimos ofreciendo más empleos”.
No es el primer hecho que sufre la empresa. Anteriormente lo ha sufrido con otro gremio, tema que fue anticipo de laopinionaustral.com.ar y además fue tapa de La Opinión Zona Norte de esta semana.
Jones se pregunta: “¿Qué derecho cree tener Blat? O pensará que la pesca se maneja como en el tiempo de los cowboys. Estoy asombrado con lo que nos está pasando en Puerto Deseado. Les comunicaremos a las autoridades provinciales y municipales que en este contexto lamentablemente nos retiraremos de Puerto Deseado. Vepez es una empresa que inició su actividad hace aproximadamente 120 días en la ciudad, con 50 empleados. Hoy cuenta con 104 empleados bajo convenio de la STIA, más 100 personas por cooperativa. Hemos creado o sostenemos 200 puestos de trabajo. Esto día a día va a ser más difícil de llevar y preferimos parar ahora.”
Jones tiene claro que así no pueden seguir operando en la provincia. “Pedimos disculpas a toda la sociedad de la ciudad. No podemos arriesgar a nuestro personal con estos matones que quieren agredirlos. Sé de la preocupación del gobierno provincial, de sus secretarios, de sus ministros y del propio gobernador. Día a día tratan de alentarnos para seguir creciendo y seguir desarrollando el trabajo en Puerto Deseado. Lamentablemente le tendremos que comunicar esta noticia”.
El futuro parece incierto porque hasta ahora nadie, ni la justicia, pudo “pararlo”. El empresario lamenta el enfrentamiento. “No creemos que sean sindicalistas, porque la palabra sindicalista encierra una jerarquía distinta a estos señores. Lejos están de ser sindicalistas: son simplemente unos matones creyéndose los dueños de la verdad. Hemos realizado las denuncias en la justicia. Seguiremos hasta las últimas consecuencias y con esto también queremos salvar a toda la comunidad de estibadores de Puerto Deseado que, seguramente, conformes o no con nuestro funcionamiento lejos están de estas actitudes. Queremos salvar a todos aquellos sindicatos que pueden o no estar de acuerdo con nosotros, pero están lejos de este accionar. Le están haciendo tremendo mal a Puerto Deseado. Espero que algún día esto se pueda revertir y Puerto Deseado vuelva a ser lo que fue: el ejemplo de la pesca en el sur, pero para eso seguramente tendrán las autoridades que tomar algunas decisiones, algunas medidas, de separar a estos personajes de esta actividad. Pido nuevamente disculpas y ojalá que al resto de las empresas que quieran apostar en Puerto Deseado no les sucedan estos hechos.”
Jones valoró que el gobierno provincial abra la posibilidad de que empresas chinas inviertan en la provincia. El empresario le dijo a este medio: “Yo quiero que vengan a descargar y llevarse productos en nuestros puertos, no que se vayan a otras provincias.”
Así, volvió a poner el foco en el rol que hoy tiene el gremio. “Estos tipos son máquinas de impedir, lo que es generación de trabajo. Tanto el gobierno como nosotros nos preocupamos por obtener fuentes de empleo y estos señores destruirlas”.
A todo esto, La Opinión Austral pudo saber que las cámaras de seguridad son clave para identificarlos.
Jones se lamenta: tenía pensado llegar a los 400 empleados antes de fin de año y este escenario lo intranquiliza. ¿Quién hará algo?
En relación a Blat reconoce que “nunca en mi vida hablé con él. ¡Qué raro esto! Que sea estibador y que no tenga nada que ver con el frigorífico y haya ido a bloquear, ¿no?”
El otro conflicto
Un conflicto entre los trabajadores portuarios y las empresas de estiba de Puerto Deseado provocó que un barco que portaba contenedores con productos pesqueros y cianuro para dos mineras de Santa Cruz decidiera abandonar el muelle sin descargar ni realizar la carga para una exportación programada.
El buque “Varamo”, propiedad de la empresa Maersk, comenzó la descarga el domingo, entre las 19:00 y la madrugada del lunes, dejando en tierra una parte de los contenedores antes de que el sindicato de estibadores decidiera suspender las operaciones. El conflicto provocó que la embarcación, que transportaba al menos 10 contenedores de cianuro destinados a las empresas Oro y Plata y a Patagonia Gold, zarpara sin dejar el cargamento necesario para las operaciones, argumentando la pérdida de dinero por el tiempo perdido sin operar.
La paralización fue atribuida a la falta de acuerdo sobre demandas salariales y otras condiciones laborales, las cuales, según el sindicato, no fueron atendidas.
El sindicato de estibadores denuncia la falta de respuesta del Gobierno y de las autoridades locales a sus pedidos. Piden un aumento salarial y una compensación por “lucro cesante” por la pérdida que tuvieron los trabajadores cuando las empresas fueron a otros puertos a realizar las operaciones durante la temporada de langostino.
Otro de los puntos de conflicto es la asistencia prometida a través del Fondo Pesquero, cuyo desembolso se encuentra estancado. Además, los trabajadores pidieron audiencia con el gobernador, argumentando que las autoridades de Puerto Deseado no han tomado medidas significativas para mejorar las condiciones laborales en el puerto.