Oscar Cabalén fue un distinguido piloto automovilístico argentino de amplia trayectoria en el Turismo Carretera a pesar de su partida tan joven. Apodado «El Turco” había nacido el 4 de febrero de 1924 en Chabás, provincia de Santa Fe y luego radicado en la provincia de Córdoba.

De familia inmigrante, Oscar desde muy chico tuvo como estandarte para lograr sus objetivos al trabajo, pero sobre todas las cosas el ser una gran persona, algo que aquellos que lo conocieron no se cansaron de destacar, por su humildad y gran profesionalidad.

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Desde muy chico su gran amor eran los fierros, y su meta era poder algún día subirse a un auto de carrera, pero por las vueltas del destino su primera incursión en el mundo tuerca seria sobre dos ruedas. La historia cuenta que Oscar se encontraba en una peluquería de Bell Ville (Córdoba) leyendo El Grafico, y vio un aviso que decía “se venden motocicletas HRD”. Sin dudarlo un segundo viajó a Buenos Aires a comprar una. Apenas la sabía manejar. Incluso debió pedirle al vendedor que la sacara a la calle y se la pusiera en marcha para regresar a su pueblo. A los 15 días, ya estaba corriendo una carrera en Bell Ville, la cual ganaría. Claramente no solo era amor por lo que hacía, sino que este estaba acompañado por las grandes condiciones que el turco traía de la cuna.

Pero no todo fueron victorias arriba de la moto, ya que, en una carrera en Gobernador Gálvez, Cabalén protagonizaría un accidente, que le generó la fractura de la tibia y el peroné, a lo que el médico le anuncio: “la pierna o la moto”. Con esto, irremediablemente, se cerraba una etapa, pero se abría otra como paradoja del destino, la cual sería la más importante de su carrera deportiva.

El santafecino, hijo adoptivo de Córdoba, era apasionado por el automovilismo, pero sobre todo del Turismo Carretera, a tal punto de seguir con su Buick la famosa competencia de Buenos Aires-Caracas de 1948.

Ya con la intención de poder competir en la categoría que tanta pasión le generaba, en 1949 viajó a Buenos Aires para pedir consejos al ganador de aquella mítica competencia de Buenos Aires-Caracas: Domingo Marimón.

A los 26 años compró un Chevrolet 39, y el 1 de Julio de 1950 debutó en el TC, en la vuelta de Córdoba, con un abandono como resultado deportivo, pero con el inicio de su gran sueño como premio final.

En su segunda carrera, su nombre empezó a dar que hablar. El 12 de agosto le peleó mano a mano al por entonces experimentado Eusebio Marcilla la punta de la vuelta de Chaco, siendo la revelación de la misma a pesar de su abandono a 150 km del final.

El 1 de julio de 1950, debutó en la categoría Turismo Carretera. En 1953 participó en la Carrera Panamericana, desarrollada en México, logrando el tercer lugar en la categoría «Turismo Especial». Al año siguiente repite la experiencia, obteniendo el 7º lugar en la misma categoría.

En 1954, el turco decidió probar suerte en el exterior. Viajó a Europa, para competir en las legendarias 1000 millas en Italia, con un Alfa Romeo. Cabalén no conocía para nada la ruta y si la carrera era en Italia que mejor que seguir a un italiano, pero ni eso pudo evitar que se llevara puesto un puente en plena carrera. Parecía un final anticipado, pero sus conocimientos mecánicos ayudaron a arreglar como pudo al Alfa para finalizar en la sexta colocación, detrás de algunos nombres de peso como Stirling Moss quien fuera el ganador, y del mismísimo Juan Manuel Fangio que llegaría segundo.

En su estadía por Europa, se dedicó a seguir la campaña de Fangio en la Formula 1, al no contar con la posibilidad económica de poder seguir su carrera deportiva por el viejo continente.

En 1958 retornó a la Argentina y al Turismo Carretera. Ya en 1961 se pasó a la marca Ford, a bordo de un Ford V8 y es con esta con la que logró su primera victoria en el TC, el 22 de enero en la Vuelta de Carlos Paz convirtiéndose en el ganador N| 59 del historial del TC. El Ovalo azul fue quien lo llevó por el senderó de los triunfos, repitiendo victorias en la vuelta de Rojas y Carlos Casares derrotando a Oscar Alfredo Gálvez, a la postre campeón, en lo que fue su mejor año dentro de la categoría logrando el Subcampeonato.

Los buenos resultados con la marca del Ovalo siguieron a tal punto que el presidente de Ford Argentina, Douglas Kiherman, tras sus buenos resultados en la vuelta de Tandil en 1966, donde venció al equipo oficial IKA Renault, le ofreció la conducción de un prototipo Ford construido por Competición S.A. Éste sería el sello de una relación que no tendría un final feliz.

Alterno el Turismo Carretera con el turismo mejorado con autos importados.

Campeón de Turismo en 1961-Alfa Romeo, fue el quien trajo al país el Ford Mustang.

En 1963 vence en el Gran Premio Internacional de Turismo en la categoría nacional con un Peugeot 404 ubicándose detrás del equipo Mercedes Benz. Al año siguiente se impone en el Gran Premio de la Montaña, cruzando el Pan de Azúcar y el Cuadrado con el mismo Peugeot y superando a Nasif Estéfano con Alfa Romeo Giulia 1600.

El 6 de noviembre de 1966 en la Vuelta de Tandil apareció con un Falcón motor F100.

En 1965 Cabalén gana el Gran Premio de Turismo con un Ford Mustang, luego de haber vencido en la San Juan-Coquimbo y también en la Vuelta del Noroeste, aunque es desclasificado por cambiar el diferencial. En 1966 debuta con un Ford Falcón en TC y llega segundo en el Gran Premio tras varios abandonos. Finalmente, en 1967 vence en Arrecifes, La Pampa (Mustang F-100) y Córdoba. Luego llega el prototipo Ford y la fatídica prueba en San Nicolás donde pierde la vida el 25 de agosto.

Su nombre recuerda al corredor de automovilismo argentino de la década de 1960, Oscar Cabalén quien fue un gran impulsor del autódromo y que fallecería poco antes de su inauguración.

El 25 de agosto de 1967, a la edad de 47 años, Oscar Cabalén y su acompañante, Oscar Arnaiz, perdían la vida cuando probaban un prototipo Ford de Turismo Carretera, en lo que entonces era el circuito de SOMISA. El accidente fatal se produjo muy cerca de donde hoy se levanta el Parque COMIRSA. Y el monolito que recuerda a ese fantástico piloto santafesino, cordobés por adopción, hoy se encuentra olvidado entre yuyos y basura. Una historia de triste y olvidado final.

Hay una historia detrás del trágico destino de ese piloto nacido en Chabas (Santa Fe), pero cuya figura está ligada a Córdoba, la provincia que lo acunó desde sus primeras experiencias en el mundo motor. Incluso, el autódromo de Alta Gracia hoy lleva el nombre de quien dejara su vida entre los hierros de un Ford que se preparaba para correr el sexto Gran Premio de TC “Gral. Manuel Savio”.

Cabalén llega a San Nicolás el mismo 25 de agosto a las 9.30, y se aloja en el Hotel Colonial. Ya lo aguardaban Horacio Steven, Horacio Pedernera y Francisco Arnaiz. Pedernera era su acompañante y Arnaiz era integrante del equipo de Horacio Steven.

La historia cuenta que, antes de subirse al prototipo, Cabalén le pide a su acompañante Pedernera si puede llevar su campera al auto. Cuando Pedernera regresa, en el lugar del acompañante estaba sentado Arnaiz, calzado con un casco de F1 que le había comprado a una piloto inglesa llamada Natali Gowin. Arnaiz le había pedido varias veces a Cabalén que lo llevara a dar una vuelta. Y el santafesino se lo había prometido. Cosas del destino.

Cabalén y Arnaiz hicieron una salida, para no regresar más. Marchaban a 230km por la banquina. Delante suyo circulaba un camión de Vialidad Nacional.

No está claro por qué, el prototipo abandona la banquina, vuelve al pavimento, hace medio trompo, y empieza a recorrer unos 70mts aproximadamente hacia la banquina derecha.

El auto pasa por detrás del camión cruzado por espacio de 50mts, hasta pegar de cola sobre un montículo de tierra. Se le desprende la rueda trasera izquierda, el prototipo salta y cae 23mts más adelante, siempre sobre la banquina.

A esa altura ya se había desprendido la trompa y la cola seguía rebotando, hasta que el Ford quedó detenido sobre el cruce con el camino a Ramallo.  El vehículo, de carrocería de fibra de vidrio, de fácil combustión, se incendió muy rápidamente, con gasolina de alto octanaje, atrapando a los conductores en la carlinga.

Cerca del lugar del accidente, había una fábrica de ladrillos refractarios. Uno de los obreros de la planta, Marcelo Neif, escuchó el ruido del auto y se quedó sobre el alambrado para verlo pasar; lo vio a Cabalén pasar muy fuerte, puso la cuarta 500mts antes de la fábrica. El auto se desplazó hacia la banquina izquierda, y levantó mucha polvareda. Se vio encenderse las luces de stop, y el auto se cruzó sobre el lado opuesto. También vio algo azul que se levantó 10mts de altura, fue la trompa. Cuando el prototipo se detuvo comenzó el fuego.

Cabalén no muere en el incendio, sino por el tremendo impacto contra el montículo de tierra. Incluso, el volante se le incrustó en el estómago. Francisco Arnaiz, en cambio, muere por el fuego.

Cabalén estaba casado con Ketty Aviani, tuvieron 5 hijos: Gustavo, Marisa, Oscar, Mariana y Liliana, quien 15 días después de la muerte de su padre, un verdadero ídolo.

Sería bueno que el monolito a Oscar Cabalén sea recuperado, no sólo por respeto a ese ídolo del deporte motor, sino también como referencia turística para la ciudad de San Nicolás, probablemente mucha gente se sienta atraída por conocer el lugar en el que dejó de existir uno de los grandes pilotos de Turismo Carretera, de todos los tiempos.

Cabalén está sepultado en el Cementerio de San Jerónimo, Provincia de Córdoba. El autódromo de la ciudad cordobesa de Alta Gracia lleva su nombre. ​

El Autódromo Oscar Cabalén es un autódromo que se encuentra 15 km al norte de la ciudad de Alta Gracia, provincia de Córdoba, se encuentra en jurisdicción de la comuna de Villa Parque Santa Ana. Fue inaugurado el 16 de marzo de 1968 con una competencia de Turismo Carretera ganada por Andrea Vianini, que tripulaba el prototipo conocido como La Garrafa.

Cabalén decía: «El automovilismo es el 90 por ciento de mi vida. El resto es mi familia, mis amigos, todo lo demás… Pero así no lo pongas. Si mi mujer lo lee se va a amargar mucho… Rebajá los porcentajes…», un auténtico apasionado.

Oscar “el turco” Cabalén forma parte de la rica galería de la Historia del Automovilismo Deportivo.

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