El Paseo fue inaugurado en 1994, como resultado de una inédita intervención paisajística sobre un tramo del entubado del arroyo Napostá. La colocación de las esculturas fue una decisión posterior al trazado primario, y las mismas fueron resultado del Primer Simposio de Escultura Monumental, organizado un año antes por el Museo de Arte Contemporáneo, donde diez escultores trabajaron durante dos semanas en terrenos aledaños al puente Colón, utilizando material ferroviario de rezago.
